Mujeres en el circulo

Ayer estuve en un Círculo de Mujeres.
De nuevo tuve la ocasión de compartir la suerte una vez más, de ver como impera el respeto de una forma natural e integra cuando la sensibilidad, la búsqueda de consciencia y el deseo de estar en presencia a la vez que en conexión con el resto de grupo, es un deseo compartido.
Es entonces cuando armoniosamente y con la fluidez ligera y dulce de un amor liberado de prejuicios, se da rienda suelta a la confesión, a la demostración de afecto y amor.

Podría haber sido un Círculo de hombres, o de ambos géneros, por supuesto. La cuestión es poner la consciencia en el sentido íntimo y libre de juicio respecto a lo que ocurre en el Círculo.

Es un espacio cerrado físicamente y contenido entre las parsonas que lo comparten y abierto a la vez a muchas posibilidades.

Ayer, el contexto todavía prestaba más a todo esto que describo: 

El motivo del encuentro era de celebración, de ganas de acompañar a una hermosa mujer, amiga y amante de todas las personas que la rodean - en el sentido de dar y saber apreciar el amor recibido-, una mujer que sabe estar presente .
Celebrábamos su 60 aniversario.

El Círculo se unió en su sentido de ser, para escuchar sus sentimientos y deseo para esta nueva etapa de su vida que comienza, pero que en realidad no empieza, sino que continua después de una vida intensa de todo tipo de emociones, de aprendizajes, vínculos y relaciones personales. Como en una espiral que sigue rodando y creando un nuevo círculo después del anterior y hacia la creación de otro nuevo.

Eso es lo que se manifestó ahí, en comunión.

Es lo que comprendí en mi intimidad dentro del círculo.

Que riqueza más grande! Mujeres unidas en el sentimiento de admiración hacia una amiga. Agradecimiento y reconocimiento en sus diferentes formas:

Poemas de autor y de palabra propia, textos escritos con el sentimiento mas puro de amor hacia una vida. Regalos elaborados a mano y con la ilusión puesta en cada detalle, miradas, canciones, dulces, perfumes, flores...
Presentes celebrando la vida.

Mujeres y niñas de diferentes edades.
Ella para nosotras, significa cosas diferentes, de hecho entre nosotras no nos conocíamos todas. Algunas, amigas de juventud vinieron con sus hijas. El tiempo imparable construye continuamente nuevos vínculos, nuevos lazos de amor.
Y eso es también, la belleza del círculo que incluye la diversidad desde la individualidad. Que une y realza a cada participante a la vez.

Quizás no fué un Círculo de mujeres al uso, entendido como el movimiento actual creciente de unir la consciencia espiritual del colectivo femenino para sanar heridas ancestrales y empoderar a la mujer desde sus dones y la aceptación real de su realidad.

Más bien fue el encuentro de la tribu. O al menos, una parte de su tribu.
Si fué, sin ninguna duda un Círculo Sagrado. Recogido e intimo. Abierto en compromiso, respeto y sentimiento.
Con todo incluido: silencio, ritual de reconocimiento y toma de consciencia, rueda de palabra y finalmente la alegría de ofrecer un regalo.

Que diferente es hacer las cosas con atención y consciencia!!!
Lo habitual, lo común se eleva fácilmente y sin resistencias a un contexto transcendental, casi místico, pero humano a la vez aceptando la expresión de la emoción tal como es, sin disimulo ni corrección, por eso es sagrado, por qué lo integra todo tal como es: auténtico.

En un espacio así, es fácil ser una misma. Ser sincera y natural.

Por su puesto el círculo siempre vivo y creciente se abrió para seguir celebrando y compartiendo en la fiesta y goce de los sentidos: rica comida, diferentes bebidas, velas y canción de cumpleaños como no!
Música y baile hasta cansar el cuerpo...

Gracias chicas por la oportunidad de aprender de vosotras y con vosotras.
Gracias querida amiga, por hacerlo posible!!