Dia 8 de Marzo, dia para la mujer

Escribo estas letras mientras con el pie izquierdo muevo el carrito de mi hija Eva que, después de tomar el pecho el tiempo que le ha apetecido se ha quedado dormida plácidamente. Pero en su profundo sueño tiene como una especie de "sensor" o algo parecido que se activa como una alarma en cuanto me siento al ordenador, cojo un libro, o me pongo a hacer cualquier tarea retrasada de casa.
Nada extraordinario - ya veis-, que no conozca cualquier mujer-madre contemporánea en un país digamos del primer mundo, y con una vida más bien digna comparada con la de quien pasa hambre, frío por la noche y otras penurias, que también de eso hay desgraciadamente por todas partes del mundo.
En resumen que todos los días sé que soy, y me reconozco como una mujer privilegiada.
Intuyo que todos los días hay mujeres que sienten la bendición de ser conscientes de su condición y creo que eso es una gran alegría y un regalo para el mundo.




Es por eso que un día como hoy, mundialmente reconocido como el "Dia de la mujer" me da mucha risa...bien, por lo menos es un día que mueve eso: una graciosa sonrisa en la cara de muchas de nosotras.
De echo, desde que me he despertado que suena el whats upp en mi móbil desde todos los grupos: el de crianza, el de amigas de proyectos, el de mis alumnas de aromaterapia, el de madres de la escuela del mayor, el de la familia con mis primas y cuñada...y como no, los guiños individuales de tantas amigas y conocidas que llenan mi vida social de energía femenina empoderada o no, pero sin duda, energía de mujer. Y digo da risa, porque entre guiños y viñetas ilustradas todas dejamos entrever que no nos parece suficiente un solo día como celebración de quién tanto trabaja y elabora con sus manos, ademas de tener aptitud, presencia y en resumen participar de la vida con todo su ser. Desde gestar una idea, un proyecto, una obra de arte o la vida de una nueva persona, la mujer creadora por naturaleza no descansa. No olvidemos claro, los aspectos prácticos y ordinarios del día a día en cualquier hogar como organizar, limpiar, cocinar, ordenar, coser, planificar...y tampoco dejemos atrás los aspectos emocionales que solo la mujer desde su yo más característico puede atender: abrazar, consolar, motivar, animar o acompañar desde el silencio y con esa poderosa presencia de calma que tanto la madre, la amiga, la hermana, la amante, la profesional saben dar...y solo he nombrado  algunas caras de la divinidad en la tierra, hecha mujer...

Por su puesto que en el aspecto mas real y terrenal, debo hablar ahora de cuando nosotras no somos tan divinas, perfectas e ideales...porque esas también somos nosotras, o podemos ser:  cuando la mujer envidia o odia y manifiesta su rabia y dolor iracunda es terrible! Si...lo es. Y sabemos por la historia que cuando ha sido así - y es-, la mujer ciega por la pasión puede ser mas demoledora que un terrible huracán, o las mas temidas guerras...
Porque la mujer, en su sutileza y finura, domina las artes de la manipulación y la cizaña. Y una madre, o esposa puede llegar a hacer tanto bien, como mal...influyendo en otras personas, extendiendo su miedo  mas allá de ella misma y haciéndolo crecer incluso por generaciones.
Así que, reflexionando sobre el tema, se me ocurre que ser mujer, por sobre todas las cosas, es una responsabilidad muy grande. Es un verdadero regalo de poder, que hay que cuidar con esmero, así como cuidamos "nuestras cosas". Hay que limpiar a consciencia nuestro corazón y a diario. Igual que hacemos las tareas del hogar y ordenamos nuestro despacho o lugar de trabajo.
Con la misma intención que se lava y plancha una camisa blanca, hay que limpiar de malos sentimientos, de viejos rencores y rencillas el corazón chicas!  No hay mejor crema anti arrugas que ese bálsamo de paz para el alma que es el amor por nosotras mismas, sin esperar que nos llegue de fuera, sin exigirlo. Si quiera sin desearlo... eso, que las terapias y psicología moderna llama autoestima, pero eso sí, una sana autoestima. La que nos permite amar y aceptar por que sabemos hacer lo mismo por nosotras mismas.

Estoy convencida - como si de una secreta ambición se tratara-, que cuando llegue el día en que cada una de nosotras, sumemos un todas, y celebremos con y por amor de veras la condición de ser mujer, entonces no hará falta celebraciones puntuales en un calendario impuesto por el marketing de estos tiempos. Y cada día sera una verdadera fiesta!!

Felicidades, amigas. 
Y a mi.


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