Piel a piel

(...)
   La piel es como una hoja de papel en donde la vida va escribiendo las alternativas de sus recorridos, los dolores, las penas de amor, las experiencias de alegría, las vergüenzas, los odios, las culpas, las pérdidas...

   En muchos sentidos, la piel cumple una función materna: cobija, nutre, acaricia y protege. 
Su belleza depende del modo en que la persona recibe y procesa su experiencia de vivir, de su relación con el mundo y del modo de gozar en sus vínculos. Así, la piel es la tela donde cada quien pinta el modo en el que aprovecha o no, el disfrutar de la existencia.

   De este modo, según los momentos de la historia de cada persona, la piel cambia y refleja su estado emocional interior. La textura que adquiere expresa afectos, creencias y la resonancia emocional ante los sucesos. Así, cuando la piel empalidece, la tristeza y la angustia dominan el alma; la lividez puede significar susto; cuando está reseca, la persona tiene sed de amor y cariño; el disgusto y la intolerancia vuelven seborreica la piel. 
Aunque estos fragmentos de interpretación sean muy parciales ilustran el punto de que la piel expresa las heridas y los goces de un alma. La piel florece cuando el alma florece y se marchita cuando el alma se apaga. Si los ojos son la ventana por donde mirar el alma, la piel es la memoria siempre presente, la puerta de acceso al interior del ser.


Texto extraído de la introducción del propio autor en el libro A FLOR DE PIEL. Editorial Indigo.
De Eduardo Horacio Grecco
Psicoanalista. Investigador, conferenciante y docente en terapias florales




Cada vez que releo estas letras de Eduardo H. Grecco, siento que no me queda mucho más que añadir. Aun sin conocer personalmente al autor, me permito usar sus palabras para encabezar lo que hoy quiero expresar.


Hidratar la piel de un bebé? 
Últimamente, algunas madres conocidas me consultan sobre que es mejor para hidratar la fina piel de sus bebés. Al conocer ellas mi gusto por la cosmética vegetal presuponían que la respuesta iba a ser alguna "pócima mágica" adecuada para ellos.
Pero no se me ocurre nada más recomendable y natural que el método "piel a piel" y... nada mas, además del contacto cálido y amable de las caricias.

Siempre me he preguntado por que a un bebé de apenas 12 horas de vida en ocasiones menos (depende de cuando a nacido y el horario regular del baño en la sala pediátrica ), se le tiene que hidratar la piel... por lo regular anduvo en líquido amniótico superhidratado hasta que salió al mundo, y aunque lo miden, pesan y limpian un poco...lo abrigan casi inmediatamente. Su fina piel apenas tiene contacto ni con el sol, ni el aire, ni el viento, ni el frío...   por que se deshidrata entonces??       Y si, no se deshidrata, para que hidratarlo?...  quizás para prevenir, supongo... pero si no sufre de factores externos que le favorezcan la deshidratación no comprendo muy bien por que la va a perder...
Así que, mi recomendación es no molestar al bebito recién llegado a la vida demasiado. Aunque es cierto que mas adelante el baño puede ser un momento agradable de juego, de vínculo con los padres (incluso hermanos), o un momento de relajación... al principio no creo que sea tan necesario.
Y cuando ya tiene unos días y me atrevo a llevarlo a semanas, incluso pasado el primer mes de vida, podemos introducir el baño como rutina, pero sin ningún producto jabonoso, detergente, ni siquiera suave y recomendado... no hace falta!! Su piel sigue siendo inmaculada, libre de polución, de agentes externos tóxicos.
Los geles y emulsiones de baño (incluso para bebes), para hacer espuma como mínimo llevan espumantes ( agentes químicos que són agresivos para la piel ), y tensioactivos (agentes que emulsionan la grasa o suciedad con el agua)  para arrastrar la suciedad, pero en el proceso arrastran también la grasa superficial de la piel, necesaria para su protección y el correcto equilibrio del pH.

Las mujeres que hemos dado a luz en un hospital sabemos que, siguiendo el protocolo clínico, a la hora del baño en la planta de maternidad todos los angelitos pasan irremediablemente por el chorro del agua, y la madre toma nota en ese momento sobre alguna recomendación cosmética que, aunque provenga de un laboratorio farmacéutico, no deja de ser "extra". Se nos indica que tipos (incluso marcas) de cremas o leches, emulsiones o aceites usar para hidratarles las piel.
Y además, la enfermera pediátrica - siempre con la mejor intención del mundo -, nos ilustra sobre como coger, mojar, bañar, sumergir y enjabonar a nuestro retoño.
Mi modesta opinión, es que no hace falta tanto ajetreo.

Otro tema es el de los factores internos que podrían afectar al correcto equilibrio hidrolipídico de la piel del bebé que, por ser el terreno donde mejor se plasma el estado emocional de éste, se muestra en el,  como en una obra de arte, todos y cada uno de los miedos, que pueda haber sentido el recién llegado.

La frágil piel del bebé, perfecta, inmaculada al llegar al mundo no necesita mucho mas que el calor humano, a ser posible "piel a piel" con su progenitor hasta ese momento más conocido, la madre. Un poco más tarde se relacionará y conocerá al padre, pero por lo pronto, en el momento de nacer su instinto para la supervivencia necesita buscar la seguridad en la presencia que ya lleva sintiendo desde su concepción misma. Y como presencia presente que es desde ese divino momento, le parece propia.
El bebé no concibe la vida separado del ser que le ha gestado durante nueve meses. Por eso, como terapeuta y como madre creo que las sensaciones y vivencias materno-filiales confluyen como una única experiencia desde la concepción hasta que el niño evoluciona y crece haciéndose mas autónomo y menos dependiente allá hacia los seis años, - aunque es hacia los tres años cuando pone la mirada en el padre y es entonces cuando su necesidad de atención exclusiva se reparte entre los dos-.  Igualmente en los casos de adopción; justo en el momento que el niño se fusiona a los nuevos padres interpretando que su custodia, protección y seguridad depende de ellos.
Por lo tanto, debido a esta fusión indivisible entre la madre y el hijo, y esa necesidad de depender de la protección materna hace de la piel del bebé una extensión de la propia piel de la mujer que le cobija ya sea su madre biológica, madre adoptiva o la persona que siente como cuidador/a de referencia.

Tanto si nos gusta más o menos, como si lo comprendemos en mas o menos grado así es.
Todas las madres hemos comprobado que, cuando perdemos los nervios nuestro malestar se expande hasta nuestros hijos y que así, no conseguiremos calmar su irritación, mal humor, exigencias, etc...
Todas sabemos que cuanto más necesitamos que se duerma el crío, mas tenso y difícil le resulta conciliar el sueño.  Y cuando mas solas nos sentimos, cuando nos apabulla el miedo, mas necesidad tiene nuestro hijo o hija de que le cojamos en brazos, y compartir con nosotras el consuelo que da el abrazo y el sentimiento único y especial de ser uno.
Pues por esa misma conexión invisible, cuando nuestra piel somatiza algún estado emocional no resuelto, cualquier conflicto emocional propio se hace visible no solo en nuestra propia piel, sino en ocasiones en la piel de nuestro bebé que tanto depende de nuestro bienestar emocional.

El contacto, es el mejor remedio.
El tacto de unas manos que masajean es tan nutritivo para el niño que recibe su calidez, como sanador para cualquier necesidad no satisfecha de la madre, y sobretodo cuando se pone consciencia, presencia y atención es sin duda alguna, la más mágica pócima posible, con un ingrediente universal y poderoso: el afecto, a menudo en este vínculo manifestado como él más genuino amor.

_________________________________________________________________________________

* En ocasiones, la vulnerabilidad e inestabilidad emocional que sufrimos las madres, ya sea por la magnitud del momento, por la bioquímica de la alteración hormonal o por la presión e ignorancia social, nos lleva a sentirnos culpables cuando presumimos que ciertamente un vínculo invisible pero firme nos une a nuestros bebés y su psintomatologia.

Recomiendo tomar Pine y Crap Apple de la gama de flores de Bach, con la firme determinación de cambiar de nuestro diccionario mental la negatividad y perversión que genera el sentimiento de culpabilidad que, podría complicarlo todo mucho más allá de lo necesario.
Convertir la culpa, en información y procesarla hacia una sana responsabilidad es una pauta muy sólida y un firme primer paso para la transformación de cualquier situación de somatización desde el vínculo madre-hijo.













Comentarios

Entradas populares de este blog

Honrar a los ancestros

Fórmula para el bálsamo mucolítico y expectorante

Introducción. En nombre de Maia