Reconexión

 

Hace casi exactamente cuatro años que no escribo aquí. Ni con la intención original que me llevó a crear este espacio, ni con ninguna otra.

Mi fuerza creativa se redirigió casi en piloto automático con un solo objetivo: sobrevivir.

La vida, mi historia personal se quebrantó aparentemente primero por un shock traumático para mí, luego por una situación familiar que nos llevó inevitablemente a buscar la  unión desde el clan biológico, y justo cuando levantaba la cabeza entre un proceso y el siguiente mi madre trascendió de forma inesperada para todos. Murió.

Los duelos se fueron sucediendo en mis dias sin apenas dejar espacio para respirar. Me faltaba el aire. Llegué a un punto en el que creí morir. 
Por suerte para mí solo era ansiedad, y no quiero menospreciar al síntoma por que os aseguro que para mí fué realmente una sensación terrible muy cercana a la muerte.  Y de alguna forma, partes de mí han ido desapareciendo desde entonces.

La ansiedad destapó el miedo, y éste me mostró la rabia y detrás de ésta estaba la tristeza, una tristeza profunda y que parecía haber llegado para quedarse un buen rato.

Al dejar espacio a la tristeza profunda que me habitó por mucho tiempo me dí cuenta de que se mezclaban en el proceso muchos otros miedos antiguos, cosas no miradas y otras vistas pero no resueltas.

Así que además de hacer caso a las recomendaciones clínicas me reinicie en el rol de aprendiz y de paciente en esto del crecimiento personal, dejé la consulta privada acompañando procesos de vida, y cerré los espacios que dinamizaba como guia o formadora por que me sentí realmente incapaz de sostener apenas lo mínimo:  a mi misma en mi faceta de mujer cuidadora de dos críos que merecían una madre con suficiente dignidad para acompañarlos en el dia a dia.  Y cuándo no estaba con ellos me recuperaba poco a poco, primero desde el arquetipo de la ermitaña que era en el que me sentía más a gusto y capaz de dejar que sucediera algo parecido a lo que llaman "hacer vacío".  Y sostenerme en el vacío no ha sido fácil.  
No creo que lo sea para nadie, aunque mi opinión esté de más. Da miedo. Mucho miedo. Soltar las máscaras, el personaje y todo aquello que me hacía sentir alguien en el mundo fué doloroso, y extrañamente liberador a la vez.

Luego,  y gracias a unas amistades que no tienen precio y que me enseñaron el valor del afecto sincero, y el cuidado desde la presencia generosa y altruista fuí poco a poco recomponiéndome por partes.  Primero una, luego otra, sin prisa y sin pausa respetando mi ritmo.

Meditaba. Me reconfortaba tanto el silencio...que ahí no puedo poner palabras. Los espacios de silencio ocuparon mucho tiempo en mis días. Lo ocuparon todo. Durante mucho tiempo.

Poco a poco fuí reencontrandome con algunas de mis artes, y escribía a diario pero solo para mí. Dibujaba, pintaba, recuperé el hábito de leer a autores que me inspiraban... Como una niña caprichosa que empieza un juego y antes de acabar la partida prueba otro, así andé empezando cosas sin terminar ninguna. Diarios, bocetos, lienzos, libros... Aún hoy quedan algunos por ahí, y no tengo ni idea de si los terminaré, seguramente están acabados así, sin terminar.  

No es el caso que emprenda ahora en el blog explicando mis dramas al detalle, pero como recién sentí de nuevo el impulso latente y fuerte desde un profundo y visceral deseo, y llevo días dándole vueltas a ver si quería crear algo nuevo, o recuperar el guión inicial empecé por leerme y eureka!  
Será que no lo dejé claro desde el principio; casi que no me sorprende y me da un poquito de miedo a la vez. En la descripción en Julio del 2015 escribí:

 "(...). Es un homenaje a esa esencia de transformación común en todas nosotras, que consigue hacer de lo cotidiano un arte y de la dificultad un camino de crecimiento personal".

Volviendo a leerme algunas de las entradas me parecen terriblemente endulzadas, pero así soy yo a veces, excesiva en la exaltación de las cosas que a mí me parecen bellas. Otras entradas me parecen de una vida muy lejana, pero siento que esa vida me ha traído aquí, y como ya he soltado mucho he decidido que esa parte de mi esta bien que se quede. Incluso me ha ayudado a recordar.  Me ha recordado porque quería escribir. Para quién quería escribir.  Aunque ha pasado mucho tiempo desde la primera entrada, ni antaño ni hoy mi objetivo tiene nada que ver con la separación entre la mujer y el hombre. Todo lo contrario. Más bien nace desde la consciencia de que cada uno somos completos y capaces, y como soy mujer resueno fácil con la manifestación de naturaleza femenina, sin más.
Creo que en esta sociedad aun falta muchos más espacios de sororidad auténtica, y que entre todas aprendamos a cuidarnos más, a admirarnos más y a mostrar a nuestras hijas una feminidad  sana.

Sigo dándole vueltas a esto de la forma del blog, las temáticas, los objetivos, y resuena en mi cabeza constantemente la pregunta de si quiero seguir el guión original o crear algo nuevo y más actualizado a mi yo de hoy.   Y la verdad, es que siento que no es ni una cosa, ni la otra... todo ha cambiado. 

La vida y con ella los días, los meses y los años no han pasado en vano por mi cuerpo, mente y corazón.

Yo he cambiado, pero mis inquietudes e intereses son los mismos, mi esencia es la misma. Me importan las personas, me gustan los recursos para el bienestar holístico, y me interesan los espacios sagrados.  Solo que he ampliado la mirada y las estrategias, y sobretodo he hecho espacio a una parte de mí  anteriormente evitada; aunque en mi última entrada curiosamente ya se intuye que andaba buscando el cómo dar paso a esa parte de sombra que tanto me costaba mostrar. La vida, que es así de irónica a veces y como si nos hiciera broma nos anuncia a en letrero luminoso el porvenir.

En fin, que todavía no sé sobre qué voy a escribir en la siguiente entrada. Solo he decido que renuevo el compromiso de escribir. Decido no dejar pasar mi deseo de mostrarme de nuevo en el mundo. Esta vez con lo dulce y lo amargo un poco más integrado entre sí que antaño, más canas y la revolución de la menopausia ganando terreno de una forma amable y amorosa, quizás sea un buen tema para empezar... Eso, y que no podía dejar pasar esta magnífica luna llena que impera esta noche en el cielo estrellado para aprovechar la ocasión. La última del 2024.  
 
Por lo pronto he actualizado la foto, y alguna frase en la descripción de mi perfil personal para ser más fiel a la realidad y el resto, la verdad es que me parece que sigue siendo vigente, por lo pronto a mí, me ha resultado útil expresarme, así que ahí lo dejo, por si sirve de inspiración a alguien.


Con cariño.




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